-"Ni en el día más luminoso... ni en la noche más tenebrosa...
el mal no escapará de mi acoso.
Aquellos que confían al mal su suerte...
que teman mi poder...
la luz de mi linterna verde."-
Juramento de los Linterna Verdes
De nueva cuenta el insomnio me ha robado la oportunidad de dormir a horas decentes, y para pasar el tiempo, me he puesto a leer "La Noche Final", un comic donde el más grande de los linternas verdes, Hal Jordan, se sacrifica con el único fin de salvar la Tierra.
Que historia tan más usada, dirán algunos. Y estaría de acuerdo con ustedes si Hal Jordan siempre hubiera sido el niño bueno que siempre toma las decisiones correctas, y que no rompe ni un plato. Sin embargo, Hal Jordan ya había tratado de destruir el mundo una vez.
Hablar de la historia de Hal es algo de lo que otros podrían hablar muchisimo mejor que yo, sin embargo, haciendo un pequeño resumen, Hal era un humano más, recibión un anillo que le otorgaba poderes solamente limitados por su voluntad. Después, un cyborg destruyó su ciudad, y Hal, sabiendo de lo que sus poderes eran capaces, le pidió ayuda a sus superiores para reconstruir esa ciudad, Ciudad Costera, sin embargo, su petición fue denegada.
Hal luchó inclusó contra sus superiores y contra todo el que se le pusiera enfrente con tal de lograr resucitar a aquellas personas que tanto amaba, absorbiendo un poder que lo hacía casi omnipotente. En un intento por crear un mundo perfecto, un mundo sin muerte, sin sufrimiento, Hal, ahora llamandose a sí mismo Parallax, quiso reescribir la historia desde su comienzo, sin embargo, los heroes se enfrentaron a él, y su deseo se vió frustrado una vez más.
Por último, después de conseguir venganza contra aquel que destruyó su ciudad, regresa a la tierra para salvarla de su última noche.
¿Y que diablos quiero decir con todo esto?
Que aunque tenía superpoderes, que aunque tenía el poder de rehacer la historia, que a pesar de ser considerado el mejor linterna verde que haya existido, Hal Jordan no era más que un humano.
Vivió siguiendo lo que su corazón le dictaba que era bueno, sin importar la percepción que tenían los demás. Cometió errores, pero no era por maldad, era simplemente porque quería hacer algo, que últimadamente, serviría a los demás.
Hal Jordan no es diferente a nadie en este mundo.
A cualquiera nos gustaría tener el poder de hacer cualquier cosa, solo limitados por nuestra voluntad, ¿no?
¡Pues tenemos ese poder!
Todos nos hemos sentido abrumados por no haber podido ayudar como se esperaba de nosotros, y todos alguna vez nos hemos sentido heroes capaces de todo.
Todos tenemos la luz para brillar, pero solo algunos cuantos, los verdaderos heroes, la comparten con el mundo.
Descanse en paz, Hal Jordan.
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